El uso de términos relacionados con la sostenibilidad en campañas publicitarias es cada vez más frecuente, pero muchas veces no está debidamente respaldado, lo que puede derivar en acusaciones de greenwashing. Este fenómeno consiste en aparentar un mayor compromiso ambiental del real y puede tener consecuencias legales y reputacionales.
El marco regulatorio para prevenir el greenwashing varía entre jurisdicciones. En la Unión Europea, se han propuesto directivas como la «Green Claims Directive» y la «Directive on Empowering Consumers for the Green Transition» para combatir estas prácticas mediante reglas claras y verificaciones externas. En España, aunque no hay una normativa específica aún, leyes de protección al consumidor, competencia y códigos de autorregulación ya abordan el tema parcialmente. Estas normativas se fortalecerán con la transposición de las directivas europeas.
En sectores como el financiero, tanto en Europa como en España, el greenwashing es una prioridad supervisora. Las empresas deben mantener la transparencia y veracidad en sus afirmaciones ambientales para proteger su reputación, cumplir con la normativa y apoyar la transición hacia una economía descarbonizada.