En la actualidad, los dispositivos se mezclan en nuestra vida cotidiana creando enormes y complejos entornos IoT. Por ello, la nube tiene que procesar y almacenar los datos procedentes de estos millones de dispositivos. A medida que la proliferación de dispositivos IoT avanza, se generan complejos entornos dinámicos donde la latencia de la nube y la demanda de energía no son óptimas. Aquí es donde entra en juego el Edge Computing.
La computación Edge busca acercar los procesos que normalmente se ejecutan en el Cloud a una infraestructura cercana al origen de los datos que se utilizan en dichos procesos (dispositivos IoT). Como estos dispositivos tienen capacidad de procesamiento, pueden recoger o filtrar los datos, liberando a la nube de este trabajo, que sólo ejecuta análisis complejos sobre los datos preprocesados. Esto mejora la comunicación, el uso del ancho de banda y el tiempo de transferencia de datos. Como resultado de esta cercanía, el sistema puede realizar y afinar sus acciones y decisiones en un entorno dinámico (IoT) en tiempo real. Las recientes innovaciones en IA pueden hacer que dichos dispositivos Edge (nodo) sean cognitivos y adaptativos, pudiendo realizar cálculos complejos in situ. En este contexto, actualmente no existen soluciones Edge cognitivas y seguras.
El proyecto FRACTAL desarrolla las bases para crear nodos Edge de computación cognitiva prestando especial atención a la seguridad, fiabilidad, robustez, adaptabilidad, bajo consumo y conocimiento del entorno donde se ubica. Lo que hará único al nodo Edge son su cognitividad y fractalidad, características inspiradas por la propia naturaleza. La fractalidad ocurre cuando una estructura irregular geométrica se replica en múltiples y distintas escalas. No importa si hacemos zoom ampliando o reduciendo, siempre vemos la misma forma que vimos anteriormente.
En este sentido, imaginemos un coche inteligente; es cognitivo, porque siente el entorno, aprende, se adapta, y se comunica con otros coches y sistemas en la misma red IoT. Si hacemos zoom en el coche, existen múltiples dispositivos como una rueda. Ésta es cognitiva ya que aprende de los datos de sus sensores y está conectada a otras ruedas en el mismo coche y posiblemente a otros dispositivos. En este marco, nos encontramos con una gran heterogeneidad en los dispositivos a los que da soporte FRACTAL, desde dispositivos pequeños de muy bajo consumo (rueda) a otros mayores (ordenador de a bordo) con mayores capacidades computacionales y por lo tanto consumo. Esta flexibilidad convertirá a FRACTAL en un pilar principal para el desarrollo de un IoT escalable, descentralizado e inteligente.
El consorcio del proyecto, está formado por 28 organizaciones de 7 países, con el conocimiento, la experiencia y el potencial de innovación de los principales actores europeos, entre los que se encuentra LKS Next. Los socios industriales (64%) aportan conocimientos técnicos y perspectivas de explotación comercial de los resultados del proyecto. Mientras que los proveedores de conocimientos (36%), garantizan la excelencia del proyecto. LKS Next, asume un papel de integrador y explotador de los resultados del proyecto.
Iñaki Paz participa en el Technical Coordination Committee aportando una visión global de producto al proyecto.
Jefe de proyectos de Innovación en LKS Next y Doctor en ingeniería web.