Entrevista a Elena Zárraga, directora general de LKS Next
Expansión – 23 Abril 2020
Debemos tener identificada la capacidad de nuestras compañías para producir bienes esenciales en el momento en que sea necesario, dice la experta.
«Si las que tenían una buena estructura financiera fueron las que mejor capearon la crisis de 2008, las empresas que mejor están soportando la pandemia del Covid-19 y podrán afrontar con menos dificultades sus consecuencias son las más avanzadas en la digitalización», asegura Elena Zárraga. La directora general del grupo consultor LKS Next señala que la pandemia, además de la necesidad de avanzar en industria 4.0, ha puesto de relieve que «necesitamos tener identificada la capacidad de nuestras empresas para producir bienes esenciales en el momento en que sea necesario».
– ¿Qué aspectos deberán priorizar las empresas industriales para recuperar su posición en los mercados?
En el corto plazo, la prioridad es adecuar los protocolos sanitarios para garantizar la salud de los trabajadores, así como atender las consecuencias inmediatas de la inactividad y la reducción en el volumen de ventas o pedidos. Para garantizar la liquidez tendrán que reajustar la capacidad productiva, aplazar pagos a Hacienda y Seguridad Social, y acudir a las líneas de liquidez que se están habilitando. A medio plazo, el sector industrial tiene que prepararse para una nueva reindustrialización, desarrollar una hoja de ruta tecnológica y mantener las inversiones tecnológicas previstas. Las compañías con mayor grado de digitalización en gestión y producción soportarán mejor el trabajo en remoto y podrán programar mejor la producción, la gestión de almacenes y la distribución de mercancías.
– ¿Hasta cuándo durarán los ERTE en las grandes empresas?
La intensidad y la duración de los ERTE dependerá en gran medida de la evolución sanitaria y de la relajación del confinamiento. Me temo que tardaremos bastante en regresar a los niveles de producción de antes de la epidemia. Sin ser pesimista, creo que necesitaremos entre uno y dos años para recuperar la situación previa a la crisis.
– ¿Quedarán aparcados los nuevos proyectos?
Probablemente, a la vuelta de esta crisis se agilizarán los procesos de digitalización y transformación en industria 4.0. En la recesión de 2008 aguantaron mejor las empresas que tenían una buena estructura de financiación; y en la actual las que menos han parado su producción han sido las más avanzadas en industria 4.0. Pero es probable que se produzca una paralización de los proyectos que no supongan un retorno rápido de la cifra de ingresos.
– ¿Debe potenciarse la capacidad de autoabastecimiento de productos básicos y materias primas en previsión de nuevas pandemias o situaciones catastróficas?
Esta crisis ha demostrado que hay productos básicos en los que no podemos depender de producciones lejanas. No obstante, el autoabastecimiento de todo tipo de productos supondría capacidades productivas ociosas, difícilmente sostenibles en tiempos de normalidad. La solución pasa, por un lado, en identificar los elementos o bienes de necesidad esencial para casos de pandemia o crisis similar y realizar un acopio suficiente para asumir un primer impacto y, por otro lado, tener identificada la capacidad de nuestras empresas para producir este tipo de bienes en el momento en que sea necesario. Probablemente, estas empresas deberán tener algunos incentivos por esa «disponibilidad de capacidad» para casos de emergencia. Esto no es algo nuevo. Europa lleva años desarrollando ayudas al sector agrario para garantizar la necesaria «independencia alimentaria», sabíamos que una espiga de trigo no crece de un día para otro, ahora nos hemos dado cuenta que una mascarilla tampoco se tiene de un día para otro.
– ¿Tendrán que esperar las mejoras sociales y salariales?
Dependerá del sector y de la empresa. Aunque todas las crisis conllevan un deterioro en las condiciones salariales, debemos mantener la perspectiva de un empleo de calidad con salarios dignos. La crisis de 2008 provocó que muchos de nuestros jóvenes marcharan fuera y en los últimos años estamos haciendo grandes esfuerzos para atraer ese talento que se fue. La atracción y retención del talento es algo que sigue siendo necesario y el factor salario, entre otros, es clave. Los puestos de trabajo cualificados, en todos los perfiles relacionados con la industria 4.0 y en los ámbitos financieros, legales y salud, tendrán un auge en su demanda y sus condiciones laborales seguirán siendo buenas. No obstante, habrá que abordar la brecha social, que se ahondará entre las personas que tienen las cualificaciones que demanda el mercado y las que por carecer de esa formación pueden entrar en una situación muy grave de precariedad en el empleo.
– ¿Deberán replantearse las empresas el modelo clásico de vacaciones?
Sin lugar a dudas, en 2020 el modelo tradicional no va a ser válido. Es posible que esta crisis lleve a un aplanamiento de la demanda durante un largo periodo y que los periodos vacacionales se empiecen a distribuir de otro modo. No podemos olvidar que el parón en agosto estaba siendo cada vez menor y que los clientes de nuestra industria están mayoritariamente en el extranjero. El ritmo económico va a estar cada vez más marcado por el sudeste asiático y tendremos que adaptar nuestra producción y cultura a las de nuestros clientes y competidores.