Las principales instituciones vascas acordaron el pasado 11 de octubre, en el seno del Consejo Vasco de Finanzas Públicas, una deflactación del 2,5% en el IRPF para el próximo año. Se trata de una medida que tendrá un impacto de unos cien millones de euros en la recaudación de las haciendas forales y con la que se pretende compensar el efecto de la inflación.
La deflactación del 2,5% en el IRPF se añade a los ajustes por un porcentaje global del 7,5% aplicados en este impuesto en los dos últimos años.
Respecto a la posibilidad de aprobar nuevos ajustes en meses posteriores, los representantes políticos han indicado que consideran que la medida adoptada es «suficiente», pero que, si la evolución de la inflación difiere respecto a las previsiones actuales, «se tomarán decisiones» en torno a este tema.