El ciberataque ha afectado a los centros sanitarios de forma que no pueden consultar historiales, programar o hacer pruebas que dependan del sistema, como radiografías, porque el sistema informático no está disponible.
Se trata de un ataque tipo “ransomware” mediante el que se secuestran datos o el acceso a los ordenadores con el fin de exigir el pago de un rescate económico para liberarlos.
De esta manera, queda patente que un ataque a los datos personales de un sistema informático puede afectar a la salud física de una persona, por lo que invertir en la ciberseguridad debe ser una prioridad para las empresas.