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Como es bien sabido, las pequeñas y medianas empresas son la columna vertebral de las economías en el mundo. Sin embargo, en el caso español, su reducido tamaño las hace poco productivas en comparación con otras economías de nuestro entorno.

Por otra parte, los nuevos modelos de negocio, en los que las tecnologías emergentes y los activos intangibles adquieren mayor protagonismo, hace que estas empresas sean difícilmente financiables por la banca tradicional,

En su último informe sobre los Mercados de Capitales en España, la OCDE incide en el escaso nivel de inversión en I+D por parte de las Pymes, las cuales consideran el acceso a la financiación como la principal barrera para invertir y mejorar sus niveles de productividad.

En el reciente Libro Blanco publicado por LKS Next: «Growth Capital: Palanca de Financiación y Puesta en Valor para la Pyme» analizamos (y reivindicamos) el papel del Capital Expansión como fuente de financiación alternativa para las pymes, mediante la captación de capital inversor en los mercados privados o en los cotizados especialmente diseñados para este tipo de empresas (por ejemplo, BME o Euronext) que las permita crecer y generar valor para sus inversores y otros grupos de interés.

El Capital Expansión no solo aporta valor financiero a las empresas, sino también estratégico, alineando los intereses de los inversores con los de los propietarios y el equipo directivo. Además, permite a la empresa diversificar sus fuentes de financiación, ofreciendo un canal estable de financiamiento a lo largo de la vida de la empresa.

Por otra parte, el hecho de que los inversores que intervienen en este tipo de financiación seleccionen las mejores oportunidades de inversión, hace que de una manera natural se categorice el nivel de calidad de las empresas y, por tanto, actúe como un buen mecanismo para filtrar y apoyar la creación de empresas de alto impacto y con mayor valor para las economías de las naciones.

Para acceder a este tipo de financiación, es imperativo que las empresas cumplan ciertos estándares financieros, de gestión y gobierno corporativo que las hagan no solo «financiables» (modelo tradicional) sino también «invertibles» (modelo actual).

Por lo que respecta al capital inversor que financia a estas empresas, éste generalmente proviene de inversores institucionales (gestionado por fondos de capital privado), instituciones de inversión colectiva, grandes empresas o inversores familiares de altos patrimonios, los cuales, a través de estos activos, pueden diversificar sus carteras de inversión.

En cuanto al inversor minorista, su participación es todavía reducida, siendo esta la gran asignatura pendiente de los policymakers europeos para dotar de mayor liquidez y profundidad a estos mercados.

Con nuestro Libro Blanco, desde LKS Next intentamos aportar un manual de mejores prácticas que ayude a las empresas a afrontar esa transición, contribuyendo a crear un ecosistema de empresas de «alto impacto» capaces de atraer capital inversor, de dentro y fuera de España, que les permita llevar a cabo sus planes de expansión.

En conclusión, el Capital Expansión contribuye positivamente a la creación de crecimiento económico y empleo. Mejores Pymes generarán mayor valor económico y social para nuestro país.

Mariano Colmenar, Managing Director Growth & Capital Market LKS Next.

 Artículo publicado en El Economista.

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