Un nuevo estudio internacional revela que el valor global del soborno alcanza los 1,75 billones anuales, es decir, más del 1% del PIB mundial. Los riesgos de soborno y corrupción, que a menudo van de la mano de otros delitos financieros como el fraude y el blanqueo de dinero, son cuestiones que preocupan de forma significativa al sector empresarial.
La gran mayoría de las organizaciones afirma haber llevado a cabo evaluaciones de riesgo en los últimos años, e incluso reconoce emplear sistemas de análisis de datos con el fin de identificar potenciales riesgos que pudieran comprometer a la organización. No obstante, los resultados del informe muestran que, pese a haber situado la prevención del fraude y la corrupción en el punto de mira, la mayoría de las organizaciones aún no puede identificar y mitigar las amenazas de forma eficaz.
El sector público destaca como área de riesgo, ya que la ONU informa de que aproximadamente el 10-25% del valor de las contrataciones públicas se pierde en actividades corruptas. En este sentido, el riesgo que presentan las relaciones con el sector público se debe considerar como una vía de doble sentido: mientras que los gobiernos deben diseñar y aplicar una legislación anticorrupción y promover una cultura de tolerancia cero, las empresas que operan en líneas, a veces difusas, entre el sector público y el privado, deben reforzar sus propias defensas contra el soborno.
Las conclusiones extraídas se orientan hacia la necesaria implementación y seguimiento de sistemas de control de riesgos, optando por herramientas que faciliten la recopilación y tratamiento de datos. En función de la complejidad de las cadenas de suministro y la diversidad geológica que presente cada organización, podrá ser necesario invertir en herramientas analíticas más sofisticadas que ayuden a correlacionar conjuntos de datos no tradicionales y detectar signos de riesgo. Asimismo, se realiza una apuesta clara por nuevas formas creativas de gestionar los riesgos que plantean las relaciones con terceros, y también por la formación de empleados y contratistas.