La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (en adelante, “OCDE”) ha reformulado el concepto “Inteligencia Artificial”. En mayo de 2019 la OCDE, en una primera aproximación, definió la Inteligencia Artificial como “un sistema basado en una máquina que puede, para un objetivo definido por el ser humano, hacer predicciones, recomendaciones o decisiones que influyen en entornos reales o virtuales. Los sistemas de IA están diseñados para funcionar con distintos niveles de autonomía.”
Cuatro años más tarde, y con el texto normativo propuesto por la Unión Europea aún en fase de aprobación (Propuesta de Reglamento de Inteligencia Artificial), la OCDE ha actualizado la definición del concepto de “Inteligencia Artificial”, entendiéndolo como “un sistema basado en máquinas que, para objetivos explícitos o implícitos, infiere, a partir de la información que recibe (input), cómo generar resultados como predicciones, contenidos, recomendaciones o decisiones que pueden influir en entornos físicos o virtuales. Los distintos sistemas de IA varían en sus niveles de autonomía y adaptabilidad tras su despliegue”.
La nueva definición varía ligeramente respecto de las anteriores interpretaciones del concepto, entre las que destacan la elaborada por la propia OCDE, y, en especial, las propuestas por las instituciones de la Unión Europea (Consejo, Comisión y Parlamento) en los distintos textos que, en el marco de la Propuesta de Reglamento de Inteligencia Artificial, han ido elaborando.
