Los nuevos impuestos temporales anunciados por el presidente del Gobierno para la banca y las grandes compañías eléctricas, petroleras y gasísticas irán dirigidos a las empresas que facturen más de 1.000 millones de euros al año.
El impuesto a las grandes energéticas gravará se aplicará durante dos años sobre los beneficios registrados en 2022 y 2023, con el objetivo de recaudar 2.000 millones de euros cada ejercicio, mientras que el dirigido a las entidades financieras hará lo propio con una recaudación estimada de 1.500 millones al año, hasta un total de 7.000 millones.